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la aristolochia baetica es bella

viernes, 29 de abril de 2011

Típulas en diversión.


Típulas en diversión.

Querido diario:

Ayer pude probar durante unos minutos un sigma 105mm. que me prestaron y con mi nueva cámara negra y grande.

Encontré a un Carpocoris mediterraneus que me miró mal, a una mosca escorpión que me miró peor, y a estas típulas que, bien mirado, no estaban como para mirarme a mi, así que aproveché el momento para mirarlas yo y hacerlas unas tomas sin miramientos.

Mira, miento: tuve cuidado de no espantarlas, y cambié la cinta casete de saetas por otra de Cecilio y su órgano; música esta, creo, más apropiada para mimetizarse entre insectos divertidos.

Aún estoy tomando el pulso al equipo (fotográfico) pero en general creo que puede darme alegrías y una vez me compre el disfraz de naturalista profesional.


PD: Se trata de un recorte; aprox, el 50%. La imagen está convertida a jotapegé a partir de un nef/raw que no he tocado nada. La edición en PS lleva pelín de máscara de enfoque, pero casi que no habría sido necesario. Es por vicio.


jueves, 28 de abril de 2011

¿Ruina?



Ruina

Reina en la ruina
Despierta en mi ventana
la verde rama.


lunes, 25 de abril de 2011

Ibis Eremita & Co.

Está de vuelta, y parece que quinientos años después de su desaparición, en Europa, lo hace con ganas de quedarse. No reaparece por amor al terruño, conste, sino por el esfuerzo de algunos naturalistas y el dinero de los contribuyentes. No voy a citar aquí los euros invertidos, pues es posible que alguien se echase las manos a la cabeza y empezase a despotricar, tal y como está el patio. Pero no se asusten: la juerga de los Ibis no ha costado ni el 0,1% que cuesta la ficha de un jugador de fútbol de mierda.
Perdón por la cagada. Estoy un poco cabreado, y cuando estoy así, cabreado, a veces también excreto esa y otras heces.

ibis y cuervo

La imagen está tomada con la lente de mierda que acompaña a la nueva cámara que he comprado. Hay quien dice que, para su precio, no está mal. Yo, después de probarla mucho, me permito decir que he visto lentes mejores -mucho mejores- montadas en en cámaras bridges. Y no es una exageración.
Y dejo aquí el temita de la lente porque, de no hacerlo, podría convertir esta entrada en una diarrea.

Esteeeee... ¿Por dónde iba? ¡Ah, sí!. El Ibis Eremita -Geronticus eremita- es feo de cojones, dice mi señora. A mi no es que me parezca guapo, pero me emocionó muchismo encontrarme con tres de los séis ejemplares anidados, las tres hembras, y empollando los huevos con una elegancia que para sí quisiera cualquier estrella del fútbol de mierda.

De las muchas imágenes que cagué tomé he seleccionado esta porque resume bien lo que está ocurriendo en Vejer de la Frontera y una vez llegados los nuevos vecinos. La grajilla -Corvus monedula- observa extrañada, recelosa, indignada..., a la Ibis vejeriega. Y su actitud me recordó un comentario que me hizo una mujer, codazo mediante, al ver como unas mil cigüeñas revoloteban sobre nuestras cabezas una vez habían atravesado el estrecho: "Por si no fuéramos pocos, y ahora vienen estas..."

Si les apetece, pueden ver a los ibis un poco más animados en ÉSTE VÍDEO.


miércoles, 13 de abril de 2011

Esa cámara grande y negra.


Tiene que hacer unas fotos de la hostia, tú. Y el objetivo se le ve bueno; bien gordo. Seguro que hace unos zooms que te cagas, colega... ¿Y hace películas, o algo...?

Estas y otras sabias apreciaciones vengo escuchando desde hace una semana, pues he adquirido un cuerpo de cámara nuevo, y una lente, pichís, pichís...
Mi nuevo equipo, eso sí, es mucho más cantoso. ¡Que se note..!

zerynthia rumina

El tamaño pone mucho, sí. También la marca. Mi nueva marca se marca unos solos en la correa que no existe ave que iguale su trino. Tengo que cambiar esa correa. Y el logo. La voy a pegar un tuneado que cuando termine va a parecer la que me regalaron juntando platinas del chocolate.
A ver si es posible que así me dejen en paz. Qué cruz...

zerynthia rumina2

He dispuesto de poco tiempo para probar la novedad, y aún tengo que ir haciéndome con su buen comportamiento. Dignificarme para dignificarlo. Empezar, casi, de cero. Toqueteando botones para exprimir sus posibilidades y en mi cruzada por la luz natural. Una cruzada en la que no existe más infiel que evangelizar que uno mismo. Amén.

zerynthia rumina y coleóptero

Las dos primeras imágenes están tomadas con el equipo nuevo; grande y negro; con zoom laxante y soprano de serie. Las dos últimas están tomadas con el equipo antiguo. Ese que, cuando me veían pasar, dormía sonrisas y despertaba miradas de conmiseración.

zerynthia rumina

Uno, que también es un poco conmiserable, se conmisera con Zerynthia rumina. Observo, de año en año, ejemplares más escuchimizados, cuasi exangües; de estructura tan perjudicada que podrían ser confundidos con un ayuntamiento cualquiera. Sólo el olfato hace distinguir que uno se encuentra ante un lepidóptero, y no ante un consistorio. Y es que la consistencia del olfato, como la de la lengua, permite que diferenciemos entre olores y aromas.



lunes, 11 de abril de 2011

Me voy a correr...



Es lo primero que me vino a la cabeza cuando hace unos días capturamos éste mega-espárrago: Me voy a correr una maratón de aquí a la cocina y con esta monstruosidad que semeja antorcha olímpica.
Dicho y hecho, portamos el espárrago alternando en carrera el testigo e hicimos una ejemplar tortilla de tres huevos.

viernes, 8 de abril de 2011

El aerohuerto de mi cuñado.


Que no es por capricho, me asegura, sino por adaptarse a los tiempos que corren. Y aunque insisto en que un aeropuerto no puede ser buen negocio en un pueblo tan pequeño, él se encoje de hombros -como en la más convencional de las novelas- y me dice ¿no crecieron antes las lechugas y los pepinos, los terneros que pastaron en estos prados, y tú mismo creciste comiendo ternera con tomate...?



Ingenio no le falta: Ha habilitado el silo de pienso para pollos como torre de control y sus comederos son ahora balizas. La pista de aterrizaje, una extensión árida cuyo final apunta a la torre de la iglesia, antes sirvió para que los intermediarios se lucrasen con las hortalizas que en ella se regaron. Lo que fueron cochiqueras ahora servirán para el resguardo de los aviones, y es que mi cuñado supo aprender que del cerdo se aprovechan hasta los hangares.

Ven, me apremia, y le sigo. Camina rápido, braceando orgulloso para mostrarme en detalle las instalaciones, pronunciando con hortelana pulcritud la ene seguida de la ese, ambas bien instaladas en su verbo, madre siempre dijo que ser pobre no está reñido con ser limpio, y por eso seguimos siendo pobres, por no reñir.
A veces me pierdo en su oración, pues mi cuñado habla tan rápido como camina, pero si me detengo encuentro el rastro, y me instalo en su huella.



Y va soñando en su camino con los establos hormigueados por pasajeros y azafatas, suelos encerados y último aviso para el vuelo con destino a Tombuctú ding dong. Tanta pasión, carrera y braceo pone en su relato que antes de llegar al final de la pista ya ha emprendido el vuelo. Siento vértigo y me dejo caer al suelo para aferrarme a un terrón. Sólo mi curiosidad hace que abra los ojos, y entonces puedo verlo sorteando, con buen aire y maestría, la espadaña de la iglesia.

Nota:
Aunque desvelado, dedicado a Ramón García Durán.